En la Nations Cup VIII, el equipo español tuvo un camino lleno de emociones. Desde el primer partido, España demostró su capacidad defensiva, aun con los nervios de jugar juntos por primera vez. Probablemente el mejor equipo del torneo a nivel técnico, al que solo le faltó mejor fortuna desde el punto de penalti.

FASE DE GRUPOS

En su primer encuentro, España se enfrentó a Luxemburgo, logrando una victoria ajustada por 1-0. A pesar de tener varias ocasiones para ampliar la ventaja, incluyendo 2 o 3 tiros que rozaron el gol, el portero de Luxemburgo realizó intervenciones cruciales. Por su parte, el portero español también detuvo todos los intentos de Luxemburgo. El peligro de Luxemburgo llegaba principalmente con centros al área, aprovechando la altura de sus jugadores. Un dato notable fue que el entrenador de Luxemburgo, su mejor jugador, no pudo participar debido a una grave lesión de rodilla que sufrió antes del torneo.

El segundo partido enfrentó a España contra Ecuador, debutante en el torneo, que contaba con varios exjugadores profesionales. España se mostró más organizada y cómoda en el campo, controlando el juego y logrando otra victoria por 1-0. Ecuador intentó amenazar con balones largos a la espalda de la defensa española, pero Edu, en una actuación destacada, cortó la mayoría de los ataques ecuatorianos gracias a su excelente estado físico, reforzado por su entrenamiento para medias maratones. La defensa de España, nuevamente, se mantuvo invicta, mostrando solidez en todas sus líneas.

En el tercer partido, España se midió contra Bulgaria, otro equipo debutante. Fue en este encuentro donde la ofensiva española brilló con luz propia, ganando 5-1. Los delanteros y mediocampistas españoles dominaron el juego, desplegando el clásico estilo de posesión conocido como Tiki Taka, que les permitió controlar el ritmo del partido. A pesar de relajarse en los minutos finales, lo que permitió a Bulgaria marcar su único gol, el partido estuvo bajo control absoluto del equipo español, que ya empezaba a pensar en la fase final.

Tras la fase de grupos, España concluyó con un pleno de victorias, acumulando 9 puntos. Luxemburgo, con 6 puntos, ocupó el segundo lugar del grupo tras vencer a Ecuador y Bulgaria. El equipo español avanzó con confianza a la fase de eliminatorias, pero lo que vino en los octavos de final fue un duro golpe.

FASE FINAL

El partido de octavos contra Moldavia fue un verdadero duelo de nervios. A pesar de generar hasta 6 ocasiones claras de gol, España no pudo concretar y el partido terminó sin goles. Moldavia también tuvo sus oportunidades al final del encuentro, pero tampoco logró romper el empate. En un desenlace inesperado, el partido se decidió en penales con una decisión peculiar del árbitro: una tanda de muerte súbita. España falló su penal decisivo, mientras que Moldavia acertó, dejando a España fuera del torneo. Moldavia, a su vez, tuvo un excelente recorrido, alcanzando el tercer puesto tras perder en semifinales contra Italia y vencer a Hungría 3-1 en el partido por el tercer lugar.

A pesar de la dolorosa eliminación, el equipo español dejó una gran impresión. Cuatro jugadores debutaron en este torneo con España: Xavi, Manuel, Zouhair (conocido como “Brahim”) y Shoichi (apodado “Captain Tsubasa”). Además, tres veteranos regresaron tras una larga ausencia: Álvaro, Iñaki y Eloi. Jugadores clave como Iñaki, Xundi, Edu y Javi, campeones de la segunda edición del torneo, aportaron su experiencia. Este equipo, quizás el más talentoso que España ha alineado en esta competición, dejó claro que el futuro de la Roja en el torneo sigue siendo prometedor.

Desde el inicio, el equipo mostró solidez y determinación, con Iñaki siendo clave como delantero, marcando en momentos cruciales. Manu destacó como lateral por su constante presencia en ataque y defensa. Zou dominó el centro del campo, fue el motor de las transiciones rápidas de España. Xavi mantuvo la posesión en momentos clave, puro ADN blaugrana. Edu y Javi aportaron su experiencia en estos torneos, dando pausa y calma al equipo. Fernando impuso su autoridad por arriba y Marc destacó por su contundencia en el lateral. David, como siempre, fue un pulmón en el medio, recordando al mejor Kante. La sorpresa llegó con Álvaro, inesperado pero firme como defensa central, quien cumplió un papel crucial en la retaguardia.